Montessori sí es…

Antes de este post publiqué un texto que gustó bastante sobre algunas cosas que se leen sobre Montessori y no son ciertas: «Montessori no es«.

Antes de empezar a leer ten en cuenta que no soy Guía Montessori, «solo» soy mamá que cría y enseña en casa, y leo mucho, muchísimo. Lo que expongo aquí son mis conclusiones y agradezco cualquier puntualización y comentario sobre ellas hecho con respeto.

Montessori sí es…

Un método científico

Maria Montessori estudió medicina. Por ser mujer «sólo» pudo acceder a la asistencia de pequeños con algún tipo de patología que eran considerados “no aptos” para convivir con niños normotípicos y, a partir de la observación del comportamiento de estos niños y de sus intereses, fue modificando el ambiente y observando su respuesta. Así descubrió que eran capaces de aprender y que eran más autónomos si se le dejaba. Al aplicarlo a niños considerados “normales” se vio la misma respuesta. Esto es un estudio científico observacional: se observa y se describe, y además se incluye una modificación en el ambiente y se repite el proceso.

Los estudios observacionales son la base de la evidencia científica. Es cierto que son de los menos fiables como te cuento en este otro post, pero son los primeros en aparecer al querer estudiar algo, pues describen cómo está funcionando algo y, si se introducen cambios, las reacciones a los mismos.

Con el paso de los años, gran parte de las observaciones de Maria Montessori se han visto confirmadas por estudios con mayor nivel de evidencia. Algunos ejemplos son: la importancia de la exploración táctil, el periodo en el que se aprende el lenguaje, el deseo innato de aprender, la capacidad de aprendizaje mediante la observación, la mejor adquisición de conocimientos mediante la manipulación…

Un método para todos

Como he comentado en el apartado anterior, y también lo hice en el post de la semana pasada, Montessori no es…,   esta pedagogía surgió en la Italia de la primera mitad del siglo XX, inmersa en una crisis económica, en un centro para niños con discapacidad, y fue creado por una mujer que, además, no había querido estudiar para maestra, sino que se empecinó en ser médico. Y, como último punto que respalda que es un método para todos, Maria Montessori no quiso registrarlo o patentarlo porque quería que fuese un método para todo el mundo, para mejorar la humanidad a partir de un cambio en la educación, criando niños en base al respeto para conseguir adultos felices que trabajasen por la paz.

Respetuoso con los niños

En todas sus facetas, se les respeta:

  • Como personas completas: no son futuros adultos, son lo que son hoy.
  • Exploradores y aprendices: facilitándoles un entorno en el que cubrir esas necesidades.
  • Deseosos de autonomía: permitiéndolos todos los “yo solito” que piden, aunque suponga poner medidas de seguridad o trabajo extra para el adulto.
  • Como imitadores: se les enseña con el ejemplo, lo que yo hago es lo que espero que hagas tú, el adulto modela el comportamiento (modela = es modelo).
  • Sus tiempos: se respeta el tiempo interno de los pequeños. Todos aprendemos a andar, pero cada uno en nuestro momento, y en el resto de aprendizajes, igual, se sigue al niño.
  • Su trabajo: se pone en valor el esfuerzo y el trabajo realizado, poniendo el foco en la tarea, no en el resultado final.

Aplicable por todos

No menosprecio el trabajo de las guías ni de sus ayudantes, ni la formación que reciben. Me refiero a que la filosofía Montessori es aplicable en todas las actividades del niño. Desde el dormir a comer o lavarse la cara, la educación emocional, el aprendizaje de normas de convivencia (enlaza muy bien con la disciplina positiva)…

Para llevarlo a la práctica en un aula es necesaria formación específica, pero para hacerlo en casa, «solo» necesitamos ser adultos preparados. Esto puede conseguirse mediante ensayo-error, leyendo mucho y siendo crítico, pues si leemos la fuente original, a Maria Montessori, hay aspectos que se han actualizado con el avance científico. Por ejemplo, en el control de esfínteres, Montessori consideraba clave los 18 meses, y hoy sabemos que un peque con 3 años puede no controlar al 100%.

Útil con cualquier niño

Es más sencillo cuando empiezan desde pequeños porque la norma para ellos es la autoresponsabilidad, pero si lo has conocido con los peques más mayores y quieres ponerlo en práctica, se adaptarán. En todos está el deseo de independencia y de mejorar.

En cuanto a niños con necesidades educativas especiales, además de que nació con ellos, este método se adapta al peque, así que también es perfectamente aplicable.

Útil para aprender mejor

Nunca aprenderán más de lo que pueden, ni con ésta, ni con ninguna otra metodología pero cuando trabajas en lo que te gusta, trabajas mejor. Esto es porque vas a trabajar feliz, disfrutas con lo que haces, al llegar a casa contarás anécdotas sobre el trabajo a tu familia… Los niños igual. Si aprenden aquello para lo que están preparados, que les gusta y, además, de una manera que entienden mejor, dedicándole el tiempo que necesitan, ¿cómo no van a ser más felices y a aprender mejor?

Un método con normas

Tanto para los adultos, como para los niños y las actividades o materiales.

  • Todos deben respetar material, instalaciones y compañeros.
  • Los adultos deben respetar el ritmo de cada niño (sigue al niño), observarles, permitir que se equivoquen, intervenir lo mínimo (cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo al desarrollo), y ayudarles a pensar sin culpar. Aquí enlaza otra vez con la disciplina positiva: “¿Qué hacemos al terminar una actividad?”, “¿Ese material estaba así cuando lo cogiste?”, “Veo que se ha quedado encendida la luz del baño”, etc)
  • Los pequeños deben respetar el material (una vez terminada la actividad se recoge, se usa para aprender), a ellos mismos (han de decidir qué hacer y responsabilizarse de sus actos) y a los compañeros (si alguien trabaja no se le interrumpe, se ayuda, se colabora).

Para que un material o una actividad sea considerada de inspiración Montessori, debe cumplir lo siguiente:

  • Ser dirigida por el niño. El adulto presenta la actividad y luego el niño ha de ser capaz de reproducirla sin ayuda. Las actividades empiezan al coger el material y terminan al recogerlo, así que el niño debería ser capaz de hacer todos estos pasos sin ayuda.
  • Aislar la dificultad. Los conceptos se trabajan de uno en uno para que quede fijado el aprendizaje y para evitar confusiones. Si es una actividad sobre clasificación por tamaño, todos los elementos han de tener la misma forma para no confundir tamaño y forma.
  • Con control de error. Además de ser capaz de hacerlo solo, el niño ha de ser capaz de ver si se ha equivocado. Para el ejemplo anterior, sobre la clasificación por tamaños, son útiles los encajables, o las piezas dibujadas y así las siluetas indican si se ha equivocado.

Y hasta aquí mi aportación a lo que sí es Montessori. Si lees los dos post, este y «Montessori no es«, creo que puedes hacerte una idea general que te ayude a decidir si quieres profundizar más en esta manera de enseñar y criar. Y, como he dicho al principio, agradezco todas las aportaciones que queráis hacer en comentarios.

6 respuestas a «Montessori sí es…»

  1. Me alegro de que le hayas podido sacar algo de chicha 😊 El próximo, el de la cuna al conteo, que lo hubiese publicado antes y me sorprendió que la mayoría prefiriese este. Un abrazo y gracias por leerme y por comentar 😘

  2. Me alegro mucho de que te ayude 😊 Con Laia hemos ido montessorizando sobre la marcha, porque empecé a leer sobre ello cuando ya había nacido y tampoco tenía mucho tiempo, pero ya son 3 años leyendo, aunque sea a poquitos. Gracias por comentar 😘

  3. Muchísimas gracias por esta guía tan completa y sencilla de comprender. Ahora que estoy intentando aplicar algunas de las pautas necesito información de este tipo que no requiera leer un gran volumen (no por falta de interés, sino de tiempo). Me ha sido de gran ayuda. Un abrazo.

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